Nicosia, la ciudad herida VII

Los humanos somos animales feroces, podemos ser violentos, cometer verdaderas atrocidades. Somos capaces de odiar sin medida y alimentar ese odio hasta convertirlo en obsesión. Capaces con nuestros actos de llenar un cementerio en pocos días o ir aumentando poco a poco las listas de victimas. Tal vez esa sea la razón de la existencia de los muros, protegernos de nosotros mismos, separarnos para que no acabemos unos con los otros, para salvarnos la vida.



1 comentario:

Anónimo dijo...

"No es accidental que el fotógrafo se meta a fotógrafo, como no lo es que el domador de leones se meta a domador." Dorothea Lange.

Don Antonio, usted vale mucho.
Gracias.